PROGRAMA
– Biagio Marini –
Sonata a violino solo nº 1 “Semplice”
(Sonate, symphonie, canzoni, … opera ottava, 1628)
– Johann Heinrich Schmelzer –
Ciaccona
Sonata quarta
(Sonatae Unarum Fidium sei a violino solo, 1660)
– Andrea Falconieri –
Corrente dita La cuella
Corrente dita L’ Avelina
Passacaglia
(Il primo libro di canzone, sinfonie, fantasie, capricci, brandi, …, 1650)
– Marco Uccellini –
Aria quinta sopra la Bergamasca
(Sonate, arie e correnti opera terza, 1642)
Fran López – Tiorba y Guitarra Barroca
Daniel Francés – Violín Barroco
Blanca Gascón – Percusión
Luis Calaforra – Oboe
COMENTARIOS AL PROGRAMA
Esta actuación es el resultado de una actividad formativa realizada durante los meses de febrero y marzo por los profesores que componen este grupo musical.
Se trata de un experimento sonoro resultado de la mezcla asíncrona de instrumentos barrocos (el violín, la guitarra y la tiorba) y modernos (la percusión y el oboe), llevado a cabo por el puro hedonismo de sus intérpretes.
Las tres primeras obras, las de los compositores B. Marini y J. H. Schmelzer, son las únicas que presentan un verdadero afán de autenticidad sonora, de fidelidad a la idea del compositor y al momento en que fueron compuestas, salvando la afinación, que por conveniencia se ha situado en los 442 Hz.
La combinación de violín y tiorba no era extraña en aquellos días, y es muy posible que estas mismas piezas se interpretaran más de una vez por un dúo de iguales características, para el disfrute de algún noble, o fiesta local, en la segunda mitad del s. XVII.
A partir de ahí, los intérpretes mezclan timbres arcaicos y modernos, respetando en todo momento las intenciones y afectos musicales que inspiran las obras, pero aportando cada uno su idioma y retórica propios, dando lugar a una sonoridad tanto antigua como actual.
La percusión actúa de bisagra en esta transición temporal, pues su sonoridad se asemeja a la de entonces, si bien los instrumentos empleados no buscan ser un reflejo de aquellos que se podrían haber escuchado cuando se compusieron estas obras.
La inclusión de un oboe moderno, cuya fisionomía y sonido son más propios de nuestros días, aporta un timbre potente a este “broken consort”, y una tensión en la altura del sonido a la que las cuerdas de tripa del violín no están acostumbradas, si bien en aquella época el diapasón podía oscilar de los 380 a los 470 Hz.
El empaste del conjunto termina siendo bueno, y de esta mezcla de timbres se obtiene una sonoridad nueva, diferente y poco habitual, que nos acerca a la actualidad sin llegar a despegarse de su intención inicial.
Mis compañeros y yo deseamos que disfruten escuchando esta música igual o más que nosotros disfrutamos interpretándola.
– Daniel Francés –
ACERCA DE LOS COMPOSITORES
– BIAGIO MARINI (1594 – 1663)
Compositor, violinista y cantante italiano, heredero de una tradición musical familiar en la que su padre, músico en la corte de Varsovia en la década de 1580, era descrito como “virtuoso di sonare” con la tiorba. En 1615 es nombrado violinista en la Catedral de San Marcos (Venecia). A partir de 1620 y hasta 1655 ocupa diferentes puestos de importancia como maestro de capilla tanto en Italia (Brescia, Milán, Bérgamo, Ferrara, Venecia, Padua) como en el extranjero (Düsseldorf, Neuburg, die Donau). Marini alcanza mayor fama como compositor con su obra instrumental. Su Op. 1 (1617) tiene el mérito de plantear una escritura específica e idiomática para los instrumentos de cuerda, y también contiene las primeras obras publicadas para violín solo y bajo continuo. El Op. 8 (1629) presenta ejemplos de la casi totalidad de los géneros instrumentales del momento, exceptuando la música para teclado solo, y las sonatas para violín son consideradas una de las obras cumbre de este repertorio, junto con las de G.B. Fontana. Además, en esta obra experimenta con sonoridades nuevas o poco habituales para la cuerda (como dobles cuerdas, acordes de tres sonidos, o scordatura). Su música mantiene habitualmente un alto nivel de interés, evitando emplear soluciones rutinarias frente a los problemas que plantea a menudo la composición. Las melodías que escribe acostumbran a estar bien perfiladas y a tener un lirismo propio. Su estilo compositivo progresa con el paso del tiempo hacia un mayor afianzamiento tonal, encontrando largas secuencias fundamentadas en el ciclo de quintas.
JOHANN HEINRICH SCHMELZER (ca. 1620 – 1680)
Violinista y compositor austríaco al servicio de la corte de los Habsburgo desde finales de la década de 1630 y hasta su muerte. En 1649 es nombrado oficialmente violinista de la corte, cargo que debió de ejercer como virtuoso del violín y compositor, lo que le llevó a trabar amistado con el emperador Leopoldo I, quien hacia el final de su vida le concedió un título nobiliario y el cargo de maestro de capilla en 1679. Schmelzer es uno de los violinistas más importantes de su momento, y ejerce una gran influencia sobre los violinistas compositores germanos posteriores. Realizó grandes contribuciones al desarrollo de la técnica interpretativa del violín, y desarrolló y promovió el empleo de las formas sonata y suite tanto en Austria como en el sur de Alemania. Sus sonatas para violín solo y bajo continuo ”Unarum fidium” (1664) son las primeras de este género publicadas por un compositor de habla germana. En estas obras encontramos un brillante virtuosismo, estructuras por secciones, y largas variaciones sobre un bajo continuo.
ANDREA FALCONIERI (1585 – 1656)
Laudista y compositor nacido en Nápoles, siendo niño estuvo al cuidado del duque de Parma y estudió con el laudista de la corte Santino Garsi. Se dio a conocer como intérprete en esa misma corte en 1604, y en 1610 ocupó el puesto de su maestro, siendo este el año también de sus primeras composiciones para laúd. Entre 1616 y 1622 trabaja para las cortes de Florencia y Roma, período durante el cual publica siete volúmenes de piezas que comprenden canciones y motetes. De 1622 a 1628 recorre España y Francia, y hace de la tiorba (chitarrone) su instrumento preferido. En 1628 regresa a Parma para ganarse la vida como profesor e intérprete de tiorba, lo cual le granjea un puesto de docencia en 1632 en el convento de Sta. Brígida, en Génova. Permanece en este puesto durante cinco años, obligado a dimitir por la denuncia de la superiora, que lo acusa de tocar música “que distrae demasiado a las demás hermanas”. Se traslada entonces a Nápoles donde trabaja como laudista de la capilla real de 1639 a 1647, fecha en la que lo nombran maestro de capilla hasta su muerte en 1656.
MARCO UCCELLINI (ca. 1603 – 1680)
Compositor e intérprete que ocupó el cargo de maestro de capilla en la catedral de la ciudad de Este de 1641 a 1665. Desde 1665 y hasta su muerte ocupa el puesto de maestro de capilla en Farnese (Parma). De su música instrumental caben destacar los opus 4 y 5, siendo este último opus la primera colección impresa dedicada exclusivamente a sonatas para violín solo, que representa además el punto más alto de desarrollo en este género durante la primera mitad del s. XVII. Algunas de las características compositivas que encontramos en sus obras son la variación y repetición secuencial de temas y frases para extender las secciones, alcanzando el número en algunas sonatas de hasta cinco partes contrastantes; el empleo de largas secuencias que modulan a través del círculo de quintas, recurso que más tarde emplearán Cazzatti, Vitali o Bononcini; el uso de cromatismos y falsas relaciones armónicas; el desarrollo del lenguaje propio del violín mediante recursos virtuosísticos como son las altas posiciones (hasta sexta posición), pasajes de trémolo y grandes saltos melódicos.